Golpe de Estado de Primo de Rivera
El historiador Francisco Alía Miranda ha señalado que «el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera [fue] atípico por su simplicidad. Para triunfar solo le hizo falta contar con el respaldo de unos pocos militares de prestigio y publicar un manifiesto en la prensa dirigido Al país y al Ejército. El régimen de la Restauración se desmoronó en pocas horas. [...] No necesitó más respaldos de jefes con mando en tropa, para eso ya estaba detrás la sombra de Alfonso XIII».
Javier Moreno Luzón ha destacado que Alfonso XIII «sabía que la entrega del poder a los militares conllevaba un vuelco político crucial. El más importante en España desde finales de 1874, cuando otro golpe había facilitado el regreso de la dinastía borbónica y la apertura de una etapa diferente, la Restauración. Convalidar aquel acto de fuerza, ponía en cuestión las funciones moderadoras que asignaba al monarca el textos constitucional de 1876... Más aún, ahora no se hacía cargo del Gobierno un caudillo al servicio de un partido concreto, sino el ejército como corporación. Todo lo cual traería consecuencia imprevisibles».Según el historiador israelí Shlomo Ben Ami, «es en Cataluña donde hay que buscar los orígenes inmediatos del golpe de Primo de Rivera. Fue allí donde la burguesía creó la atmósfera histérica que rodeó a Primo de Rivera con la aureola de "salvador" y colocó su rebelión, como hizo notar un observador contemporáneo, en el contexto general de la reacción antibolchevique que había alcanzado también a otros países europeos. Cambó, auténtico representante de la alta burguesía catalana, "el teórico de la dictadura española", como lo llamó Maurín, expuso crudamente el anhelo y la responsabilidad de su clase por la dictadura: […] "Una sociedad en la cual la avalancha demagógica [sindicalista] pone en grave peligro ideales e intereses se resignará a todo con tal de sentirse amparada…" […] Esto no significa, sin embargo, que hubiera un peligro real de revolución social en vísperas del golpe de Primo de Rivera».
Crisis Política y Social: En la década de 1920, España estaba enfrentando una serie de problemas políticos, sociales y económicos. Había agitación social, conflictos laborales, inestabilidad política y corrupción.
Golpe de Estado: El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, un general del ejército español, lideró un golpe de estado contra el gobierno democrático de la monarquía parlamentaria. El rey Alfonso XIII inicialmente apoyó el golpe.
Primo de Rivera justificó el golpe como una respuesta necesaria para restaurar el orden, poner fin a la corrupción y resolver los problemas económicos y sociales.
Establecimiento de la Dictadura: Tras el golpe, Primo de Rivera asumió el poder y estableció un gobierno dictatorial. Disolvió el parlamento y suspendió la Constitución de 1876.
Durante su dictadura, Primo de Rivera adoptó medidas autoritarias, suprimió las libertades políticas y limitó la actividad de los partidos políticos.
Intentos de Reforma: A pesar de su gobierno autoritario, Primo de Rivera intentó llevar a cabo reformas para modernizar la administración pública, mejorar la economía y abordar los problemas sociales.
Sin embargo, sus intentos de reforma fueron controvertidos y no lograron resolver los problemas fundamentales del país.
Caída de la Dictadura: La dictadura de Primo de Rivera llegó a su fin en 1930 debido a la creciente oposición interna, las dificultades económicas y la falta de apoyo.
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