Sucesos de Vitoria

Durante el mes de enero de 1976, unos seis mil trabajadores iniciaron una huelga en contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo. Dos meses después convocaron por tercera vez una huelga general que fue masivamente seguida el día 3 de marzo. Desde la madrugada la tensión eran muy grande. El coche del jefe de personal de Forjas Alavesas y a 20 camiones de la empresa habían aparecido con las ruedas pinchadas. Al empezar el día actuaron numerosos piquetes que de forma expeditiva, paralizaron prácticamente la ciudad. Sobre las 10 de la mañana se produjeron en la plaza de la Virgen Blanca y calles de los alrededores los primeros enfrentamientos entre huelguistas y policía. En las calles Calvo Sotelo y monseñor Estenaga hubo rotura de lunas y puertas de bares. Hacia la una del mediodía la virulencia de los enfrentamientos fue grande.

Sobre las cinco de la tarde la Policía Armada rodeó la iglesia de San Francisco de Asís en Vitoria, en la que se estaba realizando una asamblea de trabajadores y, haciendo caso omiso de la solicitud del párroco que invocó lo dispuesto en el concordato, conminó al desalojo. Apenas unos segundos después dispararon gases lacrimógenos en un recinto cerrado y abarrotado de gente creando indignación y sobre todo pánico. Los que salieron por delante medio asfixiados y con pañuelos en la boca fueron apaleados por los flancos y a los del frente les dispararon pelotas de goma y fuego real.

La policía resolvió la situación que habían creado con el uso de fuego real, resultando muertos Pedro María Martínez Ocio, trabajador de Forjas Alavesas, de 27 años; Francisco Aznar Clemente, operario de panaderías y estudiante, de 17 años; Romualdo Barroso Chaparro, de Agrator, de 19 años; José Castillo, de Basa, una sociedad del Grupo Arregui, de 32 años. Dos meses después falleció Bienvenido Pereda, trabajador de grupos Diferenciales, con 30 años. En total, dos obreros muertos en el lugar de los hechos y sesenta heridos graves o muy graves, de los que cuarenta y tres presentaban herida de bala, tres de los cuales murieron.

A partir de ese momento se desarrollaron violentos enfrentamientos y la Policía perdió prácticamente el control de la ciudad hasta las nueve de la noche, cuando ya habían llegado refuerzos. El último herido de extrema gravedad fue el inspector de policía Antonio Losada al que, cuando se encontraba en la puerta de la Comisaría, arrojaron un cóctel molotov que le provocó quemaduras en todo el cuerpo.​

Aquel jueves el Secretario General del SPD de Alemania, Willy Brandt, canceló la entrevista con Fraga que participaba en una campaña diplomática para vender internacionalmente una reforma avalada por la monarquía. El sábado, Manuel Fraga Iribarne, entonces Ministro de la Gobernación, junto con Rodolfo Martín Villa, Ministro de Relaciones Sindicales, y el general Campano, director de la Guardia Civil, intentaron, visitando a los heridos, reducir el impacto de su decisión.​

Todavía prohibidos los derechos de reunión, manifestación y de huelga, los sindicatos, ilegales también, convocaron huelgas en toda España. Tuvieron especial importancia en Vitoria, en el cinturón industrial madrileño y en el País Vasco. El 8 de marzo tuvo lugar una huelga general en todo el País Vasco, durante la cual se produjeron nuevos choques en el curso de los cuales, hubo otro muerto: Vicente Antonio Ferrero, en Basauri. Posteriormente, los altercados se multiplicaron y las huelgas generales de protesta se sucedieron durante varios meses.

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