Batalla de Brunete
Aunque inicialmente las fuerzas republicanas lograron avanzar y adentrarse en el territorio enemigo con relativo éxito, a los pocos días de comenzar las operaciones la ofensiva republicana se agotó y sus avances quedaron detenidos. El general Franco decidió detener la Ofensiva del Norte y trasladó refuerzos a la zona centro para poder lanzar una contraofensiva y recuperar el terreno perdido. Tras una semana de duros combates las fuerzas de Franco habían logrado recuperar la mayor parte del terreno perdido inicialmente, momento en que se dio por terminada la batalla. Ambas partes sufrieron un elevadísimo número de bajas sin que ninguno se alzara con una victoria clara. Los republicanos, que fueron los que tuvieron un mayor número de bajas, no lograron su principal objetivo y la Ofensiva del norte se retrasó tan solo un mes más del plan original. Por su parte, las fuerzas sublevadas detuvieron sus operaciones en el norte y sufrieron un elevadísimo número de bajas por un objetivo de tan escasa importancia como era Brunete. Para las Brigadas Internacionales esta batalla también resultó especialmente sangrienta, sufriendo durante la misma unas bajas muy elevadas.
Brunete está considerada como uno de las enfrentamientos más sangrientos de la guerra civil española. Así mismo, se convirtió en la principal batalla de la guerra civil en cuanto empleo de carros de combate y grandes masas acorazadas, especialmente por su trascendencia técnica para el empleo de los carros de combate.4 Posteriormente la dictadura franquista creó la llamada División Acorazada Brunete, denominación que recibió en honor a este acontecimiento militar.
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