Sucesos de Yeste
«El suceso puso sobre el tapete un asunto fundamental: el cuestionamiento de los derechos de propiedad privada sobre antiguas fincas comunales», afirma Sergio Riesco. De hecho tras conocerse los hechos se aceleró la discusión del proyecto de ley que se había presentado en las Cortes sobre la reversión a los ayuntamientos de los bienes comunales. Por su parte Gabriele Ranzato considera «la matanza perpetrada en Yeste» como un ejemplo de que «la Guardia Civil —si bien sus mandos habían sido sometidos a una depuración radical— continuaba interviniendo en el campo con extrema brutalidad y fuera de control de otras autoridades». «El ensañamiento de las fuerzas del orden fue similar a aquel con el que habían actuado durante el sangriento episodio de Casas Viejas en enero de 1933. [...] El eco de lo sucedido en Yeste fue, en cambio, decididamente menor». Según Stanley G. Payne, «este sangriento incidente refleja los sentimientos de desesperación y rabia entre los obreros pobres, así como su extrema hostilidad y agresividad y también la tan demostrada inadecuación de la Guardia Civil —tanto en entrenamiento como en equipos— para ocuparse humanamente del control de las multitudes, aunque en este caso habría sido muy difícil sin un mayor número de guardias».
Los sucesos de Yeste fueron narrados por el escritor Juan Goytisolo en su novela Señas de identidad.
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