Alto el fuego de ETA de 2010-2011
El 5 de septiembre de 2010, la organización terrorista nacionalista vasca ETA anunció en un comunicado a la cadena de televisión británica BBC a través de un vídeo, un cese de «acciones armadas ofensivas», que fue entendido como un alto el fuego o tregua, sin especificar su alcance, ni mencionar el acuerdo alcanzado por Eusko Alkartasuna y la izquierda abertzale ilegalizada dos días antes para que ETA pusiese fin a la violencia definitivamente y entregase las armas, o las peticiones por parte de diversos mediadores internacionales en marzo de 2010 por un alto el fuego. El 18 de septiembre, y a través del diario Gara, ETA emitió un nuevo comunicado en el que pedía a los mediadores internacionales de la llamada Declaración de Bruselas su participación en el proceso, al tiempo que instaba a Francia y España a negociar. Una semana después declaraba que sería posible un alto el fuego "permanente y verificable" si se cumplían las condiciones que había señalado. Cuatro meses después de la primera declaración, ETA anunció el 10 de enero de 2011 su decisión de declarar un alto el fuego "permanente, general y verificable" en un nuevo comunicado que fue acogido con escepticismo por el Gobierno español y la mayoría de las fuerzas políticas, y en marzo de ese mismo año se mostró dispuesta a una "verificación informal" del alto el fuego. El 20 de octubre de 2011, tres días después de la celebración de la Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián, en la que se le pedía una declaración en esos términos, ETA anunció "el cese definitivo de su actividad armada" en un comunicado en el que también hizo "un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo" destinado a solucionar "las consecuencias del conflicto".
Al tiempo del alto el fuego de septiembre de 2010, ETA llevaba acumulados un total de 829 asesinatos y 84 secuestros. El último atentado mortal en España había sido trece meses antes, el 30 de julio de 2009 en Mallorca, con el asesinato de dos guardias civiles. El último asesinato, sin embargo, había tenido lugar el 16 de marzo de 2010 en Francia, con la muerte de un policía francés en un tiroteo entre las fuerzas de seguridad y los etarras.
Tanto el Gobierno de España, como el Gobierno Vasco, y los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados, manifestaron su escepticismo y decepción por el anuncio de ETA, al considerarlo insuficiente. Todos ellos reflejaron que lo que se esperaba de ETA era que abandonase las armas de una vez y para siempre. No obstante, por parte de la ilegalizada Batasuna, se defendió la posición de ETA como una oportunidad de alto valor para superar el "conflicto vasco".
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